El primero y principal don que recibe la Iglesia es el don personal del
mismo Espíritu Santo (Rom 5,5; 8,15...) que nos ha sido merecido por
Jesucristo, don también del Padre (Jn 3,16). Ese don increado del
Espíritu produce como consecuencia inmediata la caridad, calor de su
fuego (1 Cor 12,31. 14). Ella es por eso el mejor y más excelente de los
dones. Luego, toda la multiforme acción de Jesucristo por su Espíritu y
del Espíritu en Jesucristo, crea esa innumerable variedad de carismas,
vibraciones y aspectos de aquella increada y creada caridad. Unidad
radical y originadora: el Espíritu; y diversidad incesante de efectos de
la misma (1 Cor 12,4; 1 Pet 4,11).(Catholic.net)
¿Cual es el principal obstáculo para recibir carismas?
Yo
creo que el miedo a perder nuestra reputación. Los carismas son una
cruz y muchos no están dispuestos a llevarla. El ejercicio de algunos
carismas provoca que muchos nos juzguen locos, que otros se burlen y no
pocos nos desprecien o persigan. Mientras no estemos dispuestos a morir a
nosotros mismos, aun a costa de nuestros privilegios y renombre, no
recibiremos estos carismas.
Recuerdo
muy bien a un párroco vecino que se burlaba de los carismáticos, y en
sus homilías dominicales aseguraba que los que hablaban en lenguas era
porque les faltaban vitaminas… Hay muchos que tienen problemas. No le
dan espacio al Espíritu para que se mueva libremente. Lo quieren
encajonar en moldes preestablecidos y no lo dejan volar con libertad del
viento que sopla como quiere. Los que tienen problemas con sus
micrófonos es porque son demasiado cuidadosos de lo que los demás
opinen.
Si
fuéramos menos celosos de nuestra reputación, estaríamos más abiertos
al Espíritu Santo. El miedo a hacer el ridículo nos impide abrirnos a
los carismas del Espíritu. Los carismas ciertamente son humillantes. Nos
llevan a la cruz.
Por
eso muchos les temen y otros los rechazan. Se acaban los horarios de
descansos y se recortan las horas de sueño. Por otro lado, la reputación
no crece, sino que uno se vuelve blanco de burlas, criticas y
sarcasmos… pero en el fondo todo eso se sobrelleva, siempre y cuando no
tengan problemas con los micrófonos.(Padre Emiliano Tardif)
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