domingo, 28 de junio de 2020

Misa On Line de la RCC de Los Angeles el 05 de Julio. Invitación


"Así, pues, la fe nace de una proclamación, y lo que se proclama es el mensaje cristiano."

                                                                                                                               (Romanos 10,17)


En la Carta a Los Romanos ( Cap. 10 v.17), San Pablo nos exhorta a escuchar la Palabra de Dios para conocer y amar a Jesús.
Al escuchar la Predicación, el Señor llega a nuestra vida, la inunda, la renueva. La Fe viene al oir la Palabra del Señor.

El Domingo 05 de julio viviremos a distancia, pero muy unidos en Espiritu, y por facebook, la Misa y Oración por los Enfermos.

Si creemos en la Palabra del Señor, entonces esta misa será tan real como estar presente en el templo.

Escucharemos la predicación de la Palabra del Señor. El Señor vendrá a Ti.

Es una invitación para el Domingo 05 de julio a las 16,00 horas. 
Se trasmitirá por LIVE de facebook: Rcc Santa María de Los Angeles.
 ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Importancia de escuchar la Palabra por la Predicación


  875 "¿Cómo creerán en aquél a quien no han oído? ¿cómo oirán sin que se les predique? y ¿cómo predicarán si no son enviados?" (Rm 10, 14-15). Nadie, ningún individuo ni ninguna comunidad, puede anunciarse a sí mismo el Evangelio. "La fe viene de la predicación" (Rm 10, 17). Nadie se puede dar a sí mismo el mandato ni la misión de anunciar el Evangelio. El enviado del Señor habla y obra no con autoridad propia, sino en virtud de la autoridad de Cristo; no como miembro de la comunidad, sino hablando a ella en nombre de Cristo. Nadie puede conferirse a sí mismo la gracia, ella debe ser dada y ofrecida. Eso supone ministros de la gracia, autorizados y habilitados por parte de Cristo. De Él los obispos y los presbíteros reciben la misión y la facultad (el "poder sagrado") de actuar in persona Christi Capitis, los diáconos las fuerzas para servir al pueblo de Dios en la "diaconía" de la liturgia, de la palabra y de la caridad, en comunión con el obispo y su presbiterio. Este ministerio, en el cual los enviados de Cristo hacen y dan, por don de Dios, lo que ellos, por sí mismos, no pueden hacer ni dar, la tradición de la Iglesia lo llama "sacramento". El ministerio de la Iglesia se confiere por medio de un sacramento específico. (Catecismo de la Iglesia Católica)