domingo, 22 de abril de 2018

Una Misa por el Hermano Iván Arias

"Señor Tú eres la Persona más importante en este lugar. Rey de Reyes....Señor de Señores". Cuántas veces el hermano Iván cantó esta canción en el Grupo de Oración. Bendito seas hermano en el cielo. ayer oramos por ti en la Misa del primer aniversario de tu pascua. Que el Señor te siga bendiciendo en el cielo. No olvides orar por nosotros. Amén.
Juan Menares, compañero de correrías espirituales de nuestro hermano Iván, gran equipo en el ministerio de música, tuvo sentidas palabras para recordar a nuestro hermano en la Misa. Compartieron muchas vivencias, retiros, encuentros en Padre Hurtado, en Santiago. Siempre entusiasmados por el Señor a través de la música y el canto. Fue emocionante escuchar y entender la manera en que el Señor une a las personas cuando los llama a servir. Iván y Juan se entusiasmaban mutuamente por las cosas del Señor, y disfrutaron sirviendo. Al cumplirse el primer año del fallecimiento de Iván, nuestro hermano Juan dio gracias a Dios por su compañía y ejemplo de servicio. Grandes amigos a los que el Señor mantiene unidos en Su Amor. Amén.
Ayer se cumplió un año de la Pascua del Hermano Iván. Participamos de una hermosa Misa en su memoria, acompañando a su familia. El Padre Darío señaló que " Cuando Iván conoció al Señor se entregó por entero a El". Así lo testimoniamos y lo señaló también nuestro hermano Juan Menares, quien compartió más estrechamente con él en el ministerio de música. Gracias Señor por habernos regalado a este hermano. Oramos mutuamente en la intercesión de los santos. Amen

viernes, 20 de abril de 2018

Testimonio de sanación del Padre Emiliano Tardif

TODO COMIENZA CON UNA SUPUESTA TUBERCULOSIS PULMONAR

En 1973, yo era provincial de mi Congregación, Misioneros del Sagrado Corazón, en la República Dominicana.
Había trabajado demasiado, abusando de mi salud en los 16 años que tenía como misionero en el país.

Pasé mucho tiempo en actividades materiales, construyendo iglesias, edificando seminarios, centros de promoción humana, de catequesis, etc.
Siempre estaba buscando dinero para edificar casas y para dar alimento a nuestros seminaristas.
El Señor me permitió vivir todo ese activismo y, por el exceso de trabajo, caí enfermo.
El 14 de junio de ese año en una asamblea del Movimiento Familiar Cristiano me sentí mal, muy mal.
Tuvieron que llevarme inmediatamente al Centro Médico Nacional.
Estaba tan grave que pensaba que no podría pasar la noche.
Creí realmente que me iba a morir pronto.
Los médicos me hicieron análisis muy detenidos, detectándome  tuberculosis pulmonar aguda.
Al ver que estaba tan enfermo pensé volver a mi país, Quebec, Canadá, donde nací y vive mi familia.
En Canadá me internaron en un centro médico especializado donde los médicos me volvieron a examinar, pues querían estar bien seguros de cuál era mi enfermedad.
El mes de julio se lo pasaron haciendo análisis, biopsia, radiografías, etc.

Después de todos estos estudios, confirmaron de manera científica que la tuberculosis pulmonar aguda había lesionado gravemente los dos pulmones. 

Para animarme un poco me dijeron que tal vez después de un año de tratamiento y reposo podría volver a mi casa.


LLEGA LA SANACIÓN CARISMÁTICA

Un día recibí dos visitas muy peculiares.
Primero llegó el sacerdote director de Revista “Notre Dame”, quien me pidió permiso de tomarme una fotografía para el artículo: “Cómo Vivir con su Enfermedad”
Aún él no se despedía cuando entraron cinco seglares de un grupo de oración de la Renovación Carismática.

En República Dominicana me había burlado mucho de la Renovación Carismática, afirmando que América latina no necesitaba don de lenguas sino promoción humana, y ahora ellos venían a orar desinteresadamente por mí.

Estas visitas tenían dos enfoques totalmente diferentes: el primero para aceptar la enfermedad; el segundo para recobrar la salud.
Como sacerdote misionero pensé que no era edificante rechazar la oración.
Pero, sinceramente, la acepté más por educación que por convicción.
No creía que una simple oración pudiera conseguirme la salud.
Ellos me dijeron muy convencidos.

— Vamos a hacer lo que dice el Evangelio  “Impondrán las manos sobre los enfermos y éstos quedaran sanos”

Así que oraremos y el Señor te va a sanar.
Acto seguido se acercaron todos a la mecedora donde yo estaba sentado y me impusieron las manos.
Yo nunca había visto algo semejante y no me gustó.
Me sentí ridículo debajo de sus manos y me daba pena con la gente que pasaba afuera y se asomaba por la puerta.
Entonces cerraron la puerta, pero ya Jesús había entrado.
Durante la oración yo sentí un fuerte calor en mis pulmones.
Pensé que era otro ataque de tuberculosis y que me iba a morir.
Pero era el calor del amor de Jesús que me estaba tocando y sanando mis pulmones enfermos.

Durante la oración hubo una profecía. El Señor me decía. “Yo haré de ti un testigo de mi amor”. 

Jesús vivo estaba dando vida, no sólo a mis pulmones sino a mi sacerdocio y a todo mi ser.
A los tres o cuatro días me sentía perfectamente bien. Tenía apetito, dormía bien y no había dolor alguno.
Yo me sentía bien y quería regresar a casa, pero ellos me obligaron a pasar el mes de agosto en el hospital buscando por todos lados la tuberculosis que se les había escapado y no podían encontrar.
Al final del mes, después de muchos experimentos el médico responsable me dijo:
— Padre, vuelva a su casa. Usted está perfectamente, pero esto va en contra de todas nuestras teorías médicas. No sabemos lo que ha pasado.
— Padre, usted es un caso único en este hospital.
— En mi Congregación también -le respondí riendo.
Salí del hospital sin recetas, medicinas ni cuidados especiales. Me fui a casa pesando sólo 50 kilos.
Quince días después apareció el número 8 de la Revista “Notre Dame”.
En la página cinco estaba mi fotografía del hospital: sentado en la célebre mecedora, con sondas, cara triste y mirada pensativa.
Abajo de la fotografía decía:
“El enfermo debe aprender a vivir con su enfermedad, acostumbrarse a las alusiones veladas a las preguntas indiscretas., y a los amigos que ya no volverán a mirarlo de la misma manera”.
Pero mi salud echó a perder su número.
El Señor me había sanado.
Mi fe era muy pequeña, tal vez del tamaño de un grano de mostaza, pero Dios era tan grande que no había dependido de mi pequeñez.

De esa manera yo recibí en carne propia la primera y fundamental enseñanza para el ministerio de curación: El Señor nos sana con la fe que tenemos No nos pide más, sólo eso.

miércoles, 18 de abril de 2018

Caracteristicas de los Grupos de Oracion Carismaticos

¿Qué nos caracteriza como un Grupo Carismático?

Usualmente identificados como un grupo de personas que se reúnen para orar a Dios, los grupos de oración pueden encontrarse en diversos lugares y ambientes pastorales. Pero como miembros de la Renovación Carismática Católica, ¿cuáles son algunas de las características propias más importantes de nuestros grupos de oración?. A continuación mencionaré algunas de ellas: 
-La oración de alabanza: generalmente es una oración espontánea, que brota del corazón y la realizamos en voz audible. El fin de esta oración es darle el honor y la alabanza a Dios por quien es. Regularmente esta oración es combinada con una acción de gracias, pero siempre en la línea de glorificar a Dios por quién es y por lo que hace en nuestras vidas. Sin duda alguna esta oración ocupa un lugar privilegiado en nuestros grupos de oración. En los Grupos de Oración se redescubre "la alegría de la alabanza" (S.S. Juan Pablo II, Marzo, 87).
-Las manifestaciones externas: en concordancia con el punto anterior, como carismáticos no solo oramos con nuestra mente y corazón, también utilizamos todo nuestro cuerpo para alabar, bendecir y gozarnos en la presencia de Dios. Es por eso que en los grupos de oración es muy común danzar, levantar las manos, aplaudir entre otras cosas. 
-Los carismas: en el corazón de la RCC esta el recibimiento, avivamiento y uso de los carismas ordinarios como extraordinarios, por esto es clave que en el grupo de oración exista un espacio para ejercer y practicar cada uno de ellos. Lógicamente en un ambiente de orden y discernimiento, siempre debemos estar abiertos a las sorpresas extraordinarias del Espíritu. De aquí que es normal que en nuestros grupos se ore en lenguas, se interpreten, se den profecías, sanaciones extraordinarias, entre otros muchos más. 
-Participación espontánea: aunque el grupo pueda tener una estructura básica y liderazgo al dirigir la oración, siempre se motiva y se está abierto a que los todos puedan participar con oraciones espontáneas.
-La paz (Jn. 14, 27): es normal que durante varios momentos del círculo expresemos nuestro afecto con diferentes manifestaciones internas y externas, tal como el tradicional abrazo de paz al final de nuestros grupos. 
-La fraternidad y el amor: el grupo de oración se debe manifestar al mundo exterior, por tanto es clave que nos reconozcan no solo por nuestro tipo de oración, sino por el vivir como realmente hermanos y hermanas, hijos de un mismo Dios. Apoyándonos no solamente espiritualmente pero también en las necesidades físicas y materiales de la vida cotidiana. Es así que el AMOR debe reinar durante toda la reunión y más allá en nuestra vida diaria. 
-La humildad y el orden: todos somos iguales en el grupo, por tanto nadie debe sobresalir como más importante sino que todos tenemos un servicio y una misión que desarrollar dentro de nuestras reuniones. Así todos trabajamos con un espíritu de humildad, el cual debe llevar a tener una asamblea en orden según la guía del Espíritu Santo.

-Las canciones carismáticas: nuestra oración, como mencionamos anteriormente, está basada en voz audible y manifestaciones externas. Por lo tanto la música juega un papel clave en nuestros grupos de oración, es así que fácilmente el grupo se mueve entre cantos de alabanza, adoración, avivamiento, contemplación, etc.

-El compromiso de vida: finalmente el grupo de oración nos debe llevar a vivir 24 horas al día, los 7 días de la semana a ser semejantes a nuestro Señor Jesús, amando como El y guiados siempre por la fuerza del Divino Espíritu.

domingo, 1 de abril de 2018

Aleluya!!!! ¡Jesús ha Resucitado ! ¡ Misa de Sanación y de Gloria!

Marlene y Rocío. Dos hermanas que sirvieron en la Misa de Sanación de este Domingo de abril. Recibiendo  a los hermanos, aunque los imprevistos lleguen. Felicitaciones. Presentamos aqui un resumen gráfico de la Misa de Sanación de Abril. Invitamos a los hermanos a no abandonar los Grupos de Oración. Alli se crece en Amor y en fraternidad. Alli se sirve al Señor en los hermanos. Alli, unos con otros nos apoyamos para caminar hacia el Reino de Dios.Bendiciones a los que lean y revisen estas fotos. Amén.

El grupo de Oración de la Parroquia Santa María estuvo encargado del servicio. Aquí un grupo de hermanitas. Feliz Pascua de Resurrección¡

Paulina Ogueda...sirviendo de lectora . Felicitaciones hermana Paulina. Servir al Señor es lo mejor.

Juan Menares. Sirviendo en la música junto a hermanos de la Diócesis. Así va nuestro hermano evangelizando con el don de la música. Bendiciones hermanos...

 Hermana Luz Quevedo, Servidora Diocesana de la RCC. Acompañada de su familia, atenta a que todo en la misa salga perfecto. Bendiciones hermana en su servicio.

Hermana Inés y Rebeca. Años de perseverancia en el camino del Señor. Aquí aplaudiendo y alabando al Señor. Cariños para ustedes hermanas.

Padre Gustavo Avello proclamando la Palabra del Señor. Alegría en esta fiesta de la Resurrección.

Hermana Eva Allende en el Salmo. La Palabra del Señor es viva y eficaz. Gracias hermana por su permanente crecimiento y trabajo espiritual al servicio del Señor.

Hermano Eugenio Oñate recibiendo a los hermanos al ingreso del templo. Bendiciones hermano, y animo en los caminos del Señor.

El hermano David, haciendo vida su compromiso con el Señor. Bendiciones hermano. No deje de servir en las cosas del Señor.

El hermano Alejandro sirviendo en el teclado. Los caminos del Señor son deleite para el espíritu. La Gloria del Señor lo guíe.

Hermana Isabel y Carlos Moreno. Estar en las cosas del Señor hace que la felicidad llene los corazones. Seguimos tus caminos Señor....perseverando sin dejar de orar y alabar al Señor de la Vida.

El Pueblo de Dios adorando al Rey de Reyes en el día de su Resurrección. Cristo ha vencido a la muerte. ¡¡¡¡Aleluya!!!!! La misa de este mes de Abril estuvo especialmente carismática. Alabanza y adoración. Oración en lenguas. Testimonios. Jesús tocando los corazones.

Cerramos este testimonio gráfico con el Padre Gustavo Avello en adoración al final de la Misa. Oramos por este Sacerdote y le damos gracias a Dos por su perseverancia y su motivación de logro. Pasan los años, y el Padre sigue evangelizando. Que el Señor lo bendiga abundantemente y cuide a su rebaño. Agregue sus comentarios para enriquecer estos testimonios gráficos. ¡Amén.!