jueves, 24 de abril de 2008

LIBRO DE LOS HECHOS ,CAPÍTULO 29: CRÓNICA DE LA VIGILIA DE PENTECOSTÉS EN SAN ROSENDO

Hechos Cap 2, V.17-18

17. "Y será en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne.
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;Y vuestros mancebos verán visiones,Y vuestros viejos soñarán sueños:
18. Y de cierto sobre sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré mi Espíritu y profetizarán".
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Libro de los hechos, Cap. 29:

1. Pasando por villorrios hasta cruzar el río Laja,llegamos a San Rosendo en dos mini buses y vehículos particulares. El Padre Carlos Hernandez estaba en la puerta del templo esperándonos.Nos acompañaba el Sacerdote de la Parroquia Santiago Apóstol, de Los Ángeles, el Padre Eduardo.

Nos acompañaban hermanos y hermanas de los Ángeles, y de Mulchén. Ibamos cantando y alabando al Señor.

Ingresamos al Templo, adornado hermosamente con globos, guirnaldas y luces.Ya los músicos estaban listos para comenzar a ministrar.
El Padre Carlos dio la bienvenida y comenzaron los cantos de Alabanza y Adoración. El templo se llenó del Espíritu Santo. Decenas de jóvenes se rendían ante El Señor.

El Padre Eduardo confesaba a los hermanos y cortaba las cadenas del pecado. Lágrimas caían de los ojos de aquellos hermanos que eran tocados por el Señor. La hermana Isabel Margarita guiaba la oración. El Padre Carlos , con los brazos en alto, alababa al Señor. La Iglesia estaba llen de unción.

LLenos del Espíritu Santo, muchos estaban como embriagados y las piernas no los sostenían. Se sucedían los testimonios de sanación y de nacimiento a una vida nueva. ¡ Dios Mío, era como estar en Pentecostés: Dones y Carismas eran prodigados por El Señor. !

Luego de la Eucaristía, vino el compartir fraterno: Café, sandwichs, dulces, amor.
Continuamos en el templo con la Efusión del Espíritu Santo.LLenos del Espíritu Santo....¡Llenos!....
Se cumplía lo que profetizó el profeta Joel.

Finalizamos a las seis de la mañana del día siguiente, con la Eucaristía celebrada por el Padre Eduardo.

Plenos de la Presencia del Señor, , compartimos el desayuno, y luego de los cariñosos abrazos y besos de despedida, cada uno regresó a su hogar.Volvimos con el fuego de Pentecostés, para anunciar que Jesús está vivo, y que el Espíritu Santo sigue siendo el alma de la iglesia y de la Evangelización con poder.


No hubo fotos....¿Quien podría graficar lo que ocurrió en el alma de cada uno?

Gracias Señor, por ésta vigilia llena del Poder de Dios..... ¡Muchas Gracias Señor!"

Carlos Moreno Pezo, da testimonio de haber visto y oido lo que ocurrió en la narración anterior:
Soy Testigo.

( Museo ferroviario de San Rosendo)







viernes, 18 de abril de 2008

CUIDADO CON LAS SECTAS....y con nuestras ovejitas.


No nos engañemos...no nos dejemos engañar.... y protejamos a nuestras ovejitas: Las sectas andan con mucha astucia tratando de llevar gente a sus agrupaciones, y las consecuencias negativas son insospechadas. Los hermanos Pentecostales, y Evangélicos en general, son hermanos separados. Tampoco corresponde que nos unamos a ellos. Tenemos nuestra Iglesia Católica, los Sacramentos, La Virgen María: Nuestra Iglesia Católica es nuestra Madre. El Ecumenismo corresponde a la Jerarquía...no nos dejemos engañar....no salgamos de Nuestra Iglesia.

Con éste artículo del Predicador del Papa, tendremos alguna claridad sobre las sectas...

Y no te olvides: ¡Dios te Ama!



Autor: P. Raniero Cantalamessa,

Cuando hablamos de sectas debemos prestar atención para no poner todo en el mismo plano. Los evangélicos y los pentecostales protestantes, por ejemplo, aparte de grupos aislados, no son sectas. La Iglesia católica desde hace años mantiene con ellos un diálogo ecuménico a nivel oficial, cosa que jamás haría con las sectas.

Las verdaderas sectas se reconocen por algunas características. Ante todo, en cuanto al contenido de su credo, no comparten puntos esenciales de la fe cristiana, como la divinidad de Cristo y la Trinidad; o bien mezclan con doctrinas cristianas elementos ajenos incompatibles con ellas, como la reencarnación. En cuanto a los métodos, son literalmente «ladrones de ovejas», en el sentido de que intentan por todos los medios arrancar a fieles de su Iglesia de origen para hacer de ellos adeptos de su secta. Habitualmente son agresivos y polémicos. Más que proponer contenidos propios, pasan el tiempo acusando, polemizando contra la Iglesia, la Virgen y en general todo lo que es católico. Estamos, con ello, en las antípodas del Evangelio de Jesús que es amor, dulzura, respeto por la libertad de los demás. El amor evangélico es el gran ausente de las sectas.

Jesús nos ha dado un criterio seguro de reconocimiento: «Guardaos de los falsos profetas --dijo--, que vienen con vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis» (Mt 7,15). Y los frutos más comunes del paso de las sectas son familias rotas, fanatismo, expectativas apocalípticas del fin del mundo, regularmente desmentido por los hechos.

Hay otro tipo de sectas religiosas, nacidas fuera del mundo cristiano, en general importadas de oriente. A diferencia de las primeras, no son agresivas; más bien se presentan «con disfraz de cordero», predicando el amor por todos, por la naturaleza, la búsqueda del yo profundo. Son formaciones a menudo sincretistas, o sea, que agrupan elementos de diversas procedencias religiosas, como es el caso del New Age.

El inmenso perjuicio espiritual para quien se deja convencer por estos nuevos mesías es que pierde a Jesucristo y con Él esa «vida en abundancia» que ha venido a traer. Algunas de estas sectas son peligrosas también en el plano de la salud mental y del orden público. Los recurrentes sucesos de plagio y de suicidios colectivos nos advierten hasta dónde puede llevar el fanatismo de algún jefe sectario.

Cuando se habla de sectas, sin embargo, debemos recitar también un «mea culpa». Con frecuencia las personas acaban en alguna secta por la necesidad de sentir el calor y el apoyo humano de una comunidad que no encontraron en su parroquia.

Colaboración de RICARDO HENRIQUEZ SALDIVIA (Concepción)

Entonces, hermanos y hermanas: Busquen a Dios en Su Iglesia. La Iglesia de sus padres, la que está en comunión con su Obispo, la que tiene su origen en Cristo y los Apóstoles. Las demás, aunque sean cristianas.... son ramas. Y la savia del espíritu Santo circula poderosamente por el tronco: La Iglesia Católica. Amén.

sábado, 12 de abril de 2008

La Unción del Espíritu Santo

Con un bote y dos remos, se puede navegar en estos hermosos parajes en los cuales el Señor me ha permitido disfrutar en el verano que se fue. Con la unción del Espíritu Santo, podemos navegar también en la aguas de la Vida en el Espíritu....pero

¿Cuantas veces hemos cantado " Hay una unción....."
Pero.....¿Qué es la Unción?
Veamoslo en el siguiente texto: ( Y pídanla para su trabajo pastoral)


LA UNCION

Introducción
Muchas personas desean la unción para su vida, pero no saben como adquirirla ni para que sirve. Dios nos enseña en las Escrituras sobre este tema y lo que El busca en sus hijos para darles de Su precioso Espíritu.

LA UNCIÓN REQUIERE HUMILDAD
En 2 Reyes capítulo 2 leemos la historia de Elías y Eliseo, cuando éste último iba a ser arrebatado al cielo por el Señor. Eliseo siguió y sirvió a Elías hasta el fin, y antes de ser llevado al cielo, Elías le preguntó: "Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti." Y Eliseo le respondió: "Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí."

"El le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; mas si no, no. Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino. Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes. Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán. Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Yahveh, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo." (2 Reyes 2.9-14)


La unción requiere humildad. Eliseo no tenía temor de imitar a Elías, sino que fue lo suficientemente humilde para aprender de su maestro y pedir un doble porción de la unción de Elías. Como es el maestro, así es el discípulo. Tú debes tener la humildad de imitar a tu líder si es necesario. Eliseo golpeó las aguas del río Jordán de la misma manera que lo hizo Elías, y después resucitó a un muerto usando hasta el mismo método.


Es por esto que Dios usa a unas personas más que a otras: porque son lo suficientemente humildes para aprender de otros. En esa humildad que tenía Eliseo, vino a reposar el poder de Dios para hacer el doble de milagros que Elías hizo.


ALZANDO EL MANTO
La Biblia dice que Eliseo alzó el manto de Elías. Dios no va a ungir a nadie que no es capaz de agacharse o postrarse para recoger el manto que otro dejó tirado.


Cuando Elías tiró el manto, Eliseo tuvo la humildad de recogerlo, inclinándose para tomar lo que otro había tirado. No puedes caminar con la unción de Dios con orgullo en tu corazón. Por eso Dios se va a encargar de levantar gente que te humille para que tu carne sea eliminada y puedas recibir la unción del Espíritu. La unción reside en los que están muertos al "yo".


Cuando Eliseo levantó el manto se fue inmediatamente al Jordán a hacer un milagro. Jordán era la frontera con la tierra de las promesas. El maestro Elías le enseñó para qué era el manto: para hacer milagros, no para jactarse del poder del mismo.


La unción no se vende; Dios la da gratuitamente a quien El quiere y a quien la pida. Dios conoce las intenciones del corazón, y no la va a dar a alguien quien la busque para engrandecerse o jactarse él mismo. La unción tampoco es para hacer una denominación alrededor de ella ni para crear divisiones en la iglesia entre los que hablan en lenguas y los que no, los que tienen el gozo del Espíritu y los que no.


La unción es para predicar el evangelio a un mundo perdido sin Cristo y para que a través de los milagros que ella haga se testifique que Cristo salva y sana.

ADMINISTRANDO LA UNCIÓN
Esta
historia de Elías y Eliseo es figura de Jesús y la iglesia. Cuando Elías es traspuesto, dejó tirado el manto para Eliseo, que es figura de los discípulos que quieren la unción. Cuando Jesús sube al cielo, les dijo a sus discípulos que esperaran en Jerusalén hasta que bajara poder del cielo, es decir el manto.


Jesús quería que con la misma unción del Espíritu con la que El fue investido fuéramos ungidos nosotros, pues El dijo que haríamos mayores cosas de las que El hizo. "En verdad, en verdad os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre." Juan 14,12


La fe es imprescindible para fluir en la unción. Ésta se hará evidente a medida que tú lo creas. La misma unción que está sobre el Pastor está sobre ti, pero la expresión de ella sobre tu vida es directamente proporcional a tu fe. No depende de cuánto tú conoces o sabes de la Palabra, sino de cuánto tú crees en lo que has aprendido. Esta es la batalla de la fe.


Jesús citó la fe y demandó fe de todo aquel que quiera ser su discípulo. Predicó muchas veces diciendo "el que creyere...", pues Dios ha preparado bendiciones especiales para el que cree.


Cuando Eliseo tomó el manto, no se distrajo en el camino y ni presumió por tenerlo. Se fue directamente al Jordán a hacer milagros. Ve y usa la unción para lo que Dios la dejó: bendecir a otros a través de la salvación y los milagros. La unción te va a servir para que, cuando prediques la gente se convierta, para sanar enfermos, para vendar corazones quebrantados y para todo lo que Dios ha deseado. Así lo dice en las escrituras:
"El espíritu del Señor Yahveh está sobre mí, por cuanto que me ha ungido Yahveh. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberación, y a los reclusos la libertad; a pregonar año de gracia de Yahveh, día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran, para darles diadema en vez de ceniza, aceite de gozo en vez de vestido de luto, alabanza en vez de espíritu abatido. Se les llamará robles de justicia, plantación de Yahveh para manifestar su gloria." Isaías 61, 1-3


La unción es para servir, nunca para engrandecerte. Quien se engrandece por la unción le pasará como a Simón el Mago, quien quiso comprarla para hacerse grande y famoso en el pueblo. Por lo tanto, fue revelado su corazón y cayó en amargura.


Dios conoce las intenciones del corazón de cada uno y dará a cada uno como El crea. Debes examinar tu propio corazón para ver por qué quieres la unción.

Conclusión
Sí tú tienes la unción, ve y haz lo que Dios te ha mandado a hacer. Si tú lo crees, las señales que Jesús habló te seguirán a dondequiera que vayas.

Bueno....a pedir la Unción, hermanos y hermanas....

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Publicado por Ministerio Nuevo Pentecostes para Ministerio de Evangelización y Sanación " Pentecostés" R.C.C. Puerto Rico el 3/13/2008 ( Con autorización de los autores. C.M.P.)

viernes, 4 de abril de 2008

El Descanso en el Espíritu

Un Hermano me pregunta por el "Descanso en el Espíritu". Es muy esclarecedor el artículo siguiente:

El Descanso en el Espíritu

El Descanso en el Espíritu
por el Padre CEFERINO SANTOS; S.J.


1.1. El hecho.
Con alguna frecuencia se viene dando en retiros de sanación, en oraciones de intercesión o de liberación, tras la unción de los enfermos con aceite bendecido, o tras la imposición de manos sobre aquellos por quienes se ora, el fenómeno llamado por algunos " descanso en el Espíritu ".

Otros prefieren traducir el inglés " being alain in the Spirit ", como " fulminación en el Espíritu ", " dormición en el Espíritu " o quedar abrumado por el amor y la presencia de Dios, o tener silencio en el Espíritu y reposo en El.

1.2. Definición.
El verdadero descanso del Espíritu es un don carismático, otorgado a uno o a varios para trasmitir a otros una cierta protección de Dios, con lo que se alimentan la fe, la paz interior, la inteligencia de las enseñanzas recibidas y se facilita la práctica de la vida cristiana, al suprimirse bloqueos o resistencias mas o menos conscientes a la acción del Señor, lo cual a veces se expresa o se visualiza con un rendimiento ante Dios que conlleva la pérdida pasajera del equilibrio corporal, deslizándose suavemente hacia el suelo o sobre el asiento que se ocupa, con una cesación pasajera del movimiento corporal y local.
1.3. Explicaciones.
Dado que existen en la práctica pastoral y en la teoría dudas, equivocaciones y hasta errores en torno a este fenómeno del " descanso del Espíritu ", puede resultar útil y conveniente hacer algunas aclaraciones al respecto.
(A) El descanso pertenece al carisma de sanación es un toque directo a los sentidos internos de la imaginación y de la memoria, con una llenumbre de la presencia de Dios, de su amor y de su paz, de modo que a veces, el cuerpo queda alcanzado y como inmovilizado por un tiempo, y Dios sana interna o externamente y libera a veces.

(B) Uno puede resistirse a este fenómeno de sanación, por sentirse asustado ante él, pero entonces no suelen seguirse en el que se ha resistido los frutos de paz y de oración mas recogida, y suelen quedar en él rastros nuevos de turbación o de inquietud. Algunos, que no se resisten a este don, tras la oración y la imposición de manos, se sienten caer suavemente hacia el suelo, si están de pie o de rodillas, o se quedan como relajadamente inmóviles sobre su asiento los que estaban sentados. Este fenómeno suele ser pasajero y breve.

(C) El aspecto principal del descanso en el Espíritu, es la fuerte presencia sanadora del Dios viviente, que purifica, libra de dificultades y bloqueos interiores a su acción fortalece el alma para sobrellevar el peso del compromiso cristiano de un modo renovado. El que Dios llene la memoria y la imaginación de su presencia, de su amor de su sanación no presenta dificultades en la renovación Carismática ni fuera de ella.

(D) El punto controvertido y discutible en el descanso en el Espíritu es ese sentirse anonadado por el peso del amor de Dios con el fenómeno espectacular de la caída suave del cuerpo hacia atrás o hacia adelante, hasta que el don se haya pasado. Cuando el descanso en el Espíritu es verdadero, la caída del cuerpo es como una señal externa de un nuevo rendimiento al Señorío de Cristo y de una nueva aceptación del amor y la voluntad de Dios sin resistencias..

(E) En el descanso en el Espíritu la persona sigue teniendo control pleno de su entendimiento y de su voluntad. El entendimiento sigue libre para orar con la atención más concentrada en Dios. Otros efectos, como la extinción de traumas, de bloqueos o cargas interiores , la iluminación espiritual o la sanación, dependen de las necesidades individuales del que recibe este don.

(F) El verdadero descanso en el Espíritu, 1)- facilita la oración en tanto cuanto toca los sentidos internos dispersos y los unifica, 2)- facilita el sentido profundo de la presencia y del amor de Dios. (G) Estos dos efectos internos pueden darse sin el hecho exterior concomitante de la caída al suelo de la caída al suelo por el impulso poderoso y abrumador del amor de Dios.

(H) Hay personas que creen erróneamente que caen al suelo porque han sido empujadas por el que les impone las manos. De hecho es el amor abrumador de Dios el que empuja y vence poderosamente obstáculos en personas que evitan aparecer como poco naturales. 1.4. El poder de descansar en el Espíritu. Es el problema mas vidrioso de este don, que el Señor concede a algunos en los grupos de intercesión. (1) El don parece en sí válido por sus efectos buenos: paz, presencia de Dios, más facilidad para orar, sanación de traumas y resistencias a Dios, liberación de opresiones.

(2) El descanso en el Espíritu no es expresamente una oración de quietud con su experiencia directa del amor de Dios, que aquí se experimenta con amor sanador más directamente que como don de oración contemplativa.

(3) Tampoco se trata de un fenómeno natural de hipnosis, donde la voluntad queda casi totalmente suspendida y sometida al hipnotizador, donde la conciencia se entorpece y la memoria de la actividad desarrollada en hipnosis se pierde al volver en sí. A veces esta alienación transitoria de la voluntad transitoria de la voluntad del hipnotizado resulta seriamente peligrosa. Nada de esto sucede en el descanso en el Espíritu: la voluntad y el entendimiento se mantienen despiertos y activos, sin someterse a nadie más que a Dios.

(4) Tampoco se ha de confundirse el descanso en el Espíritu con un posible influjo diabólico, que emboba las potencias del hombre y obscurece, turba y debilita espiritualmente el alma y lleva al que lo padece a buscar sitios concurridos para llamar la atención de otros y distraerlos de su oración o de la sanación interior en curso. Este influjo diabólico deja gran turbación, depresiones y falta de paz en el que lo ha recibido.

(5) Ha habido abusos por parte de personas que por su debilidad psicológica o por ganas de atraer hacia ellas la atención simularon el descanso en el Espíritu. Los efectos posteriores de tristeza, depresión, angustia, oscuridad espiritual, insatisfacción y falta de paz, declararon la falsificación de un don carismático.

(6) Se necesita, por tanto, enseñanza sana, discernimiento y guía espiritual recta durante este ministerio de sanación por el descanso en el Espíritu y después de el. No conviene despertar al que está en el descanso en el Espíritu, no se le turbe tras él con preguntas agobiantes e indiscretas; no se le obligue a dar paseos para despejarse, etc.; al que tuvo el descanso déjesele tranquilo por un rato largo para que el don de Dios produzca sus efectos buenos sin interferencias humanas. En el falso descanso, despiértese al paciente.

(7) No se haga del descanso en el espíritu el don central del ministerio de sanación. La sanación viene de la presencia de Jesús sanador y Salvador y del poder de su Espíritu aceptado desde la fe.

(8) Tampoco se caiga en el otro extremo de denunciar este don como algo ajeno a la Renovación Carismática y como una novedad de la Iglesia. Se trata de un fenómeno conocido en la historia de la Iglesia.

En el proceso de canonización de Santa Clara, Sor Bienvenida de Perusa declara bajo juramento una sanación en la que el Señor utiliza a Santa Clara y aparece el descanso en el Espíritu. Declaró también la testigo que, habiendo que habiendo caído en demencia un fraile de la Orden de los Menores, que se llamaba Fray Esteban, San Francisco le mandó al Monasterio de San Damián, para que la Santa hiciera sobre él la señal de la Cruz. Hecho esto, el fraile quedó adormecido un poco de tiempo en el lugar donde la Santa Madre solía hacer la oración, y cuando se despertó, tomó alimento y se marchó curado. (Cf. OMAECHEVERRIA, Ignacio: Escritos de Santa Clara y documentos contemporáneos. Madrid, BAC, 1970, pág. 70.).

(9) En el descanso en el Espíritu la mente está más clara para acoger a Dios; no es por tanto un desmayo donde la inteligencia se nubla o se pierde temporalmente. El descanso en el Espíritu( fenómeno de sanación) nada tiene que ver con la caída al suelo en una crisis epiléptica (enfermedad con pérdida de sentido, espumarajos, estremecimientos, cf. Mc. 9.18: " lo derriba al suelo le hace echar espumarajos y rechinar los dientes"). Este mismo niño del Evangelio de San Marcos, cuando recibe la curación fisiológica de su epilepsia, la psicológica de sus desmayos y la espiritual, liberado de aquel espíritu malo que le arrastraba hacia el fuego o hacia el agua para destruirlo, queda en una especie de descanso en el Espíritu (Mc.9.26: " el muchacho quedó curado como muerto"), pero enseguida Cristo lo levantó y estaba sano.

(10) El descanso en el Espíritu es diferente del éxtasis sobrenatural, donde la mente queda absorbida en Dios y elevada para conocer sus misterios, con cesación del ejercicio de los sentidos exteriores. San Pablo nos recuerda este don de oración más propio de almas perfectas, cuando nos dice que subió arrebatado hasta el tercer cielo en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, y oyó palabras arcanas que el hombre no puede pronunciar. (2 Cor.12, 2-4). El mismo San Pablo cuando se convierte a Cristo, recibe una especie de descanso en el Espíritu, como don de principiantes; y cae en tierra de su caballo sin hacerse daño (Hch.9.4; Pablo cayó en tierra y oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿porqué me persigues?"). El descanso en el Espíritu es un don más propio de principiantes.

1.5. Conclusión. Estemos abiertos para acoger los dones de Dios y aceptemos la invitación de Dios a entrar en su descanso para reposar de los trabajos (Heb.4.10), sin esperar sólo el descanso definitivo y celestial. También en su vida mortal, Jesús invitó a sus discípulos a un lugar retirado a descansar por un rato (Mc.6.30). Hoy también sigue haciéndolo con nosotros.

2.1. Preguntas y respuestas de la puesta en común sobre el descanso en el Espíritu.
El poder de descansar a alguien en el Espíritu ¿ Porqué se le ha de atribuir a Dios y no más bien al poder de la parapsicológico o magnético del que ora?. R.- De hecho, los fenómenos externos del descanso del espíritu podrían ser producidos por una facultad " psi-kappa " con posibles efectos de " psicokinesia " sobre un organismo humano, pero no se daría un verdadero descanso en el Espíritu que viene de Dios, con efectos espirituales de paz y de crecimiento en la fe y en el amor; sino, más bien, un sometimiento al manipulador o parasicólogo y a sus fuerzas psíquicas o magnéticas. Aunque los fenómenos externos de debilitamiento corporal y subsiguiente caída al suelo se produjesen, no se daría los efectos espirituales de liberaciones de opresiones y bloqueos (v.g. incapacidad de amar a otros, sanación del rechazo de personas concretas, crecimiento en la fe y en en amor de Dios, etc.)

La dormición de uno por poderes magnéticos no es descanso en el Espíritu, en el que uno queda sometido y abrumado por el poder sanador de Dios, sino sometimiento servil y no liberador a poderes parapsicológicos y al que los utiliza. Cabría la posibilidad de que los poderes parapsicológicos " psi-kappa" fuesen utilizados, sometidos plenamente a Dios y como sacramentalizados por El, para producir efectos espirituales. Pero, aun en este caso, no planteado en la pregunta, Dios sería el agente principal y a El se deberían los efectos espirituales buenos con prioridad plena sobre el instrumento sometido a El, esto es las fuerzas parapsicológicas, elevadas de alguna manera por la acción principal de Dios. En todo caso, siempre es indispensable el discernimiento del comienzo, el medio, el fin y los efectos del descanso para saber si éste se debe a la acción del Espíritu de Dios o es atribuible a otros poderes.

2.2. El descanso en el Espíritu ¿ no se podría explicar naturalmente como un fenómeno cataléptico? R.- Más bien en la catalepsia se pierde la sensibilidad externa con suspensión de las sensaciones y movimientos libres, a la vez que se dan alteraciones y reflejos de tipo histérico y patológico. En el auténtico descanso en el Espíritu se conserva un grado apreciable de sensibilidad externa, se da paz espiritual posteriormente al reposo, se producen efectos de sanación interior y, a veces física, y también frutos de maduración y construcción de la personalidad cristiana equilibrada, y no secuelas de debilitación patológica de la personalidad como en la catalepsia. Cuando se dan fenómenos histéricos de agitación nerviosa, sofocaciones, gritos y desequilibrio no se trata del descanso en el Espíritu, que produce paz en el que recibe el descanso y en otros que lo ven; sino más bien nos hallamos ante productos naturales de personalidades psicológicas inestables e influenciadas por una personalidad fuerte o por un ambiente propicio al entusiasmo religioso.

No obstante, conviene notar para un descernimiento recto que la gracia religiosa verdadera se acomoda a la naturaleza del que la recibe. Cuando se trata de una gracia religiosa fuerte que llega al poco equilibrado psíquicamente o al que necesita conversión y liberación, los efectos externos de gritos, convulsiones vueltas por el suelo pueden significar también el choque que se produce entre las fuerzas salvíficas positivas que vienen de Dios y las fuerzas negativas del pecado, del influjo diabólico y del desequilibrio psicológico del que recibe la gracia fuerte de Dios. En la predicación de John Wesley, el fundador del metodismo en el siglo XVIII, estos fenómenos eran frecuentes, pero más que un descanso en el Espíritu deberían ser llamadas, turbaciones en el Espíritu en una predicación de conversión y reavivamiento espiritual. El que estos fenómenos tengan un componente fuerte somático y psíquico no quiere decir que sean solo fenómenos naturales o patológicos. También en la vida mística de los santos de la Iglesia, en los éxtasis, arrobamientos, levitaciones y otros fenómenos reconocidos en la Iglesia, se daban extraños efectos, en el orden somático y psíquico sin excluir por eso la acción sobrenatural de las gracias místicas.

2.3. ¿ No será el descanso en el Espíritu un hecho natural, propio de la psicología de masas, donde se produce una sugestión colectiva y un contagio por emocionalismo, sin necesidad de invocar para nada al Espíritu de Dios ?.

R.- El descanso en el Espíritu se da mucho en la oración privada por una persona, sin contagio colectivo de masas. Más que de contagio natural, propio de una psicología de masas influenciables, habría de hablarse en las asambleas, donde se da el reposo en el Espíritu, de un don eclesial de sanación, propio de un nuevo Pentecostés colectivo y maduro con frutos de conversión y transformaciones espirituales, que no se logran en otros fenómenos colectivos de masas, movidas sólo por entusiasmos humanos. La sugestión colectiva en estos casos no produce frutos espirituales como sucede en el descanso en el Espíritu. El emocionalismo, sometido a Dios y a sus mociones, no es malo en sí. Se dio en grandes santos y místicos. Dios no actúa sólo en el entendimiento del místico, sino en toda su persona y en su sugestibilidad sometida a Dios y a la fe.

2.4. ¿ Es verdad que el descanso es de Dios cuando uno cae hacia atrás; pero que si uno no cae hacia atrás, sino hacia adelante, que ese descanso no es de Dios? (Risas de algunos).

R.- Bien; el signo de discernimiento del descanso auténtico no es el de caer hacia adelante o hacia atrás, sino la presencia operativa de Dios en el alma, que se conoce por la sanación y los frutos buenos de paz, fe y amor que se producen. En el Huerto de los Olivos, algunos de los soldados que venían a prender a Cristo, al oír de sus labios el " YO SOY ", retrocedieron hacia atrás y cayeron al suelo de espaldas (Jn !8, 5). Sólo porque cayeran hacia atrás, no nos costa el que tuviesen verdadero descanso en el Espíritu. (Risas). Pudo tratarse de un signo para mostrar que el poder de Cristo es superior al poder de los hombres. Bien es verdad que Ana Catalina Emmerick, monja agustina estigmatizada, que fallece el 1824, nos dice en sus escritos de la Pasión que el Señor le manifestó que aquellos soldados que cayeron de espaldas, se levantaron del suelo convertidos.

Entonces se habría dado un descanso en el Espíritu con frutos de conversión en aquellos soldados caídos al suelo a la voz de Cristo. En este caso al caer de espaldas sería de Dios. Pero es que también al caer de bruces, hacia adelante, en algunas ocasiones es de Dios. Recordad el caso del profeta Daniel. Dios le ha abrumado con su presencia poderosa y cae de bruces en un letargo con el rostro a tierra (Dan.10,9). Cuando quiere ponerse en pie, no puede y adopta la ridícula postura de querer andar a cuatro patas (Dan. 10,11); y la palabra de Dios nos lo cuenta sin miedo a los discernidores prudentes y sensatos dictaminen que este descanso en el Espíritu del profeta Daniel no es de Dios ni favorece el prestigio social y religioso del vidente ni se puede juzgar con sensatez que este sea un camino razonable y prudente para nadie. En Daniel 10,15, Dios vuelve a hablar con el profeta y éste vuelve a caer de bruces, hacia adelante.

Y Dios está actuando. Cuando por la fuerza poderosa del Dios presente, las fuerzas corporales abandonan a Daniel temporalmente, el profeta cae hacia adelante. La dirección de la caída corporal no tiene excesiva importancia en un discernimiento espiritual, si la tiene en cambio, el que el impulso que provoca la caída provenga de la poderosa y avasallante presencia del Dios vivo. 2.5. El descanso en el Espíritu me recuerda algunas prácticas iluministas, y, por tanto, debería ser rechazado en la Renovación Carismática Católica por fidelidad al Iglesia que condenó el iluminismo en todas sus formas.

R.- En la Renovación Carismática los que saben que es el iluminismo también lo condenan con la Iglesia, pero se niegan a llamar iluminismo a lo que no es, como nadie llamaría a automóvil a un chalet porque su dueño tuviese el dudoso gusto de ponerle la matrícula de su coche viejo en la puerta. Tampoco nosotros podemos poner apresuradamente la matrícula de iluminismo al descanso en el Espíritu y creer que sólo por eso es iluminista. ¿ Con que aspecto reprobable del iluminismo podríamos identificar el descanso en el Espíritu?. Acaso ¿con la pasividad del alma iluminada que ya no tiene que orar ni hacer penitencia, sino sólo permanecer como un cuerpo exánime?. En el reposo en el Espíritu la voluntad y la mente permanecen activas en Dios. El reposo afecta al cuerpo y a los sentidos interiores sólo que después libremente se ha aceptado el descanso en el Espíritu. Este nos afecta sólo temporalmente.

En él y después de él se ora y el alma habla con Dios. En cambio, en el iluminismo, se supone que el alma no ora ni actúa, como tampoco actúan la voluntad y la mente. Actúan, si, Dios y el demonio, según los iluministas, pero no ellos que pueden cometer las mayores aberraciones sexuales porque no son ellos los que actúan, sino el maligno. El reposo iluminista del cuerpo tampoco tiene nada que ver con el descanso del cuerpo en el Espíritu, que es solo transitorio. El descanso y pasividad del cuerpo en el iluminista es continuo en los "perfectos"; los desórdenes sexuales o emocionales en su cuerpo no son suyos sino de los agentes exteriores que lo manipulan. Ellos viven en la pasividad y el reposo que los hace impecables.

Ningún carismático dice nada de esto; tras el descanso en el Espíritu uno siente crecimiento espiritual, pero no es impecable; el hombre conserva la voluntariedad y la deliberación en sus acciones libres. Pegar la etiqueta sospechosa de iluminismo al reposo en el Espíritu es una acción del "padre de la mentira" (Jn. 8,44) y de la confusión, y un pecado contra la verdad, contra la justicia y contra la caridad. No se puede poner la etiqueta de "veneno" en las medicinas y alimentos sanos, que Dios regala a su Iglesia hoy. Pido al Señor Jesús que nos ilumine a todos con su Espíritu de verdad, de ciencia y de discernimiento para conocer sus done y recibirlos con agradecimiento y para rechazar lo que no venga de Dios, de modo que siempre le glorifiquemos en nuestras vidas. ¡ GLORIA AL Señor!.

Jesús está Vivo: Testimonio de una sanación.


El hermano José Antonio me envió desde España el siguiente testimonio, en el cual podemos vislumbrar la presencia de Un Dios Real y Actual, sobre todo cuando en los Grupos de Oración Carismáticos se ora:

"Hace unos dieciocho años mi vida dependía única y exclusivamente del alcohol.
Tenía un buen empleo, una familia, y no le daba demasiada importancia al hecho de que cada día necesitaba beber más para desarrollar mi trabajo. Lo que empezó como eso que llaman "bebida social", terminó haciéndome esclavo de la barra de los bares.
Me parecía que si dejaba de beber sería incapaz de hacer las cosas más sencillas, que la vida no tendría ningún sentido y que aquello de tomar copas era parte consustancial a mi existencia.
La convivencia matrimonial se fue deteriorando, no en un día, si no a lo largo de interminables meses; la falta de respeto a la vida familiar, mis continuas discusiones y mis borracheras hacían de mi hogar un verdadero infierno.

Trabajaba como jefe de área en una multinacional y mi tarea consistía en hacer visitas en el ámbito de gerencia. Naturalmente mis jefes se dieron cuenta de mi progresiva dependencia a la bebida y no tuvieron más remedio que cesarme en el puesto de trabajo. Yo, como casi todos los que beben en demasía, no me enteraba de la triste impresión que producía en los demás.
Al poco tiempo me abandonó mi esposa.

Durante un año estuve dando tumbos, emborrachándome de buena mañana y llegando a la noche en condiciones deplorables. Mi única ilusión era conseguir una botella de vino. La meta más importante de mi vida era conservar la borrachera y vivir entre los vapores del alcohol. Si alguien dice que la bebida ahoga las penas yo puedo asegurarle que no es así. Las penas y los problemas flotan en cualquier copa de vino.

Poco a poco fui perdiendo a los amigos. El desmoronamiento en el que estaba inmerso me hacía imposible el conseguir algún empleo. Es más, tampoco lo buscaba. La bebida tiene una tremenda capacidad para ocultarte el porvenir. Si hoy has conseguido tu ración diaria de copas, el mañana no existe. Ante este engaño te despreocupas de las cosas más necesarias.
Me cortaron la luz y el agua. Más adelante se llevaron el teléfono. Debía ya unos cuantos recibos del alquiler. A todo esto mi familia no sabía nada de mi situación y yo, por un falso orgullo mal entendido, no les pedí ayuda.

En mi casa andaba con velas y por la noche bajaba hasta la calle para llenar un par de cubos de agua en una fuente pública. Me acostaba pensando de dónde sacaría cien pesetas para conseguir un litro de vino peleón... Esa era la meta de mi vida, ninguna otra.
Había perdido la familia, el trabajo, las relaciones sociales y el respeto a mí mismo. Y tengo que decir que no pisaba una iglesia desde hacía más de veinte años.
Una noche llegué borracho a mi casa, como de costumbre. Encendí una de las velas y mirando a mí alrededor me di cuenta, por primera vez en muchos meses, de mi lamentable estado.

Aquel día estaba desesperado.

Tenía un crucifijo en mi habitación, lo miré y esa noche me arrodillé y llorando le dije: "¡Si tú no me sacas de este pozo, yo no puedo salir!"

Unos días más tarde, mientras estaba en un bar de mi barrio, se acercó una mujer a la que conocía vagamente. Yo seguía tomando mis copas y ella, después de hablar de otras cosas, me dijo: "Jesús te ama". Naturalmente me la tomé a broma. "¿Cómo puede Jesús quererme a mí, con la vida que llevo y riéndome de todas esas cosas de iglesia?" Y pedí otra copa.
Nos fuimos viendo, ella hablándome de Dios y yo siguiendo con la bebida. Un día me habló de un grupo de oración, en una iglesia cercana; me invitó a conocerlo. Me negué en redondo. Pero otro día y algunos más, insistió. Al fin, para quitármela de encima y no parecer un maleducado, acudí a aquel grupo de oración de la Renovación Carismática Católica. La primera impresión que saqué es que todas aquellas personas estaban locas. Levantaban las manos, cantaban. Pero algo había allí. La oración era sencilla pero directa. Parecía que el Señor estuviera sentado, acompañándoles, en cualquiera de aquellos bancos. Volví otras veces. En uno de aquellos días, intuyendo mi situación, se presentó en mi casa aquella mujer que me había invitado al grupo. Me traía comida. Naturalmente yo no había contado a nadie mi situación personal, pero no era difícil entenderla.

Empecé a trabajar en algunos empleos de corta duración y todavía seguía bebiendo. Algunos meses más tarde uno de los hermanos del grupo me proporcionó un empleo estable en un aparcamiento. En el grupo yo no habría la boca, no cantaba y me sentaba lo más cerca posible de la puerta...
Un día me confesé, después de muchos años. Pero no podía comulgar, no me había perdonado a mí mismo. Más tarde ya lo hice. Volví poco a poco a la iglesia, participaba un poco más en el grupo y mi vida iba normalizándose. Recuperé la luz, el agua, el teléfono y hasta me compré un coche de segunda mano... Pero todavía tenía el hombre viejo en mí. No había dejado totalmente el alcohol. Llevaba dos años trabajando cuando un día caí al suelo y no podía levantarme. Aquello pasó, pero unos días más tarde sucedió lo mismo. Me llevaron al hospital y después de una noche de exploraciones me dijo el médico de guardia: "Tienes un agujero en el pulmón como un puño, el hígado hecho polvo y una polineuritis". Y se quedó tan tranquilo. Tenía, pues, una tuberculosis y todo lo demás.
Cuando todo parecía que iba viento en popa llegaba la enfermedad. Estuve ingresado en el hospital en situación verdaderamente grave y según los médicos podía quedarme en una silla de ruedas para toda la vida.
Pues, bien, le doy gracias a Dios por todo lo que me pasó, porque me sirvió de acicate para dejar definitivamente la bebida y para ver la vida de otra forma. Estuve casi siete meses sin poder andar, sentado en un sillón, viendo cambiar el color de las hojas de los árboles. Gracias a la oración de los hermanos mi curación fue, según los médicos del hospital que me trataban, espectacular. La tuberculosis quedó completamente curada, la polineuritis ha desaparecido, ando perfectamente, y en los controles hepáticos todo es normal.

Siendo importante la curación física creo que lo más importante ha sido mi sanación espiritual, porque ésta trae como consecuencia la otra. Todavía me queda mucho camino por recorrer, pero después de mi experiencia del poder salvador de Jesús, el camino se hace más fácil. Hace ya dieciocho años que no pruebo ni una sola gota de alcohol. Y no es mérito propio. El Señor quiso que pudiera entrar en todos los bares del mundo sin que me apeteciera tomar una sola copa. Y sigo en el Grupo de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, de Barcelona, en el Santuario del mismo nombre, y veo que el Señor actúa en nuestras vidas diariamente, en las pequeñas cosas, como un amigo al que siempre se puede acudir.
Éste es mi testimonio, para mayor gloria de Dios.
El Señor está vivo entre nosotros y a Él le debo que me sacara del pozo en el que había caído. Y animo a los que tengan problemas con la bebida a que acudan al médico que puede curarles: Jesús.

José Antonio Godina Miñana

jueves, 3 de abril de 2008

Dios es Amor. Una Gotita de Humor Para el Fin de Semana: Viajando por otros Planetas

En este dibujo, vemos al Principito, en su asteroide

Acá, en la foto, verán a otro Principito en su asteroide: Yo....hijo de un Rey, el Rey Jesús.


Bueno...aquí voy en un viaje espacial, caminando por la superficie de un planeta pequeño, muy pequeño. Tuve que caminar con cuidado para no caer al espacio sideral.... ¿ qué les parece?El planeta no tiene mas de un kilómetro, pero tiene mucha agua y vegetación. Fue una experiencia inolvidable.

Lástima que es solo una ilusión.....

La foto la tomó la fotógrafo Carla Belén,mientras paseabamos por un río cordillerano, y me la regaló como una curiosidad. Voy caminando como lo haría un astronauta, o como el Principito de Antoine de Saint- Exupéry, en su asteroide.

Bueno, les dejo una Pildorita que les recordará lo que sabemos : Que Dios nos Ama mucho:

"Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en Él»
(1 Jn 4, 16).