domingo, 29 de junio de 2008

Señor....el que Tu amas está enfermo




Las vendas de Lázaro

La resurrección de Lázaro
1 Había un hombre enfermo, Lázaro de Betania, del pueblo de María y de su hermana Marta.2 María era la misma que derramó perfume sobre el Señor y le secó los pies con sus cabellos. Su hermano Lázaro era el que estaba enfermo.3 Las hermanas enviaron a decir a Jesús: “Señor, el que tú amas, está enfermo”.4 Al oír esto, Jesús dijo: “Esta enfermedad no es mortal; es para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella”.
5 Jesús quería mucho a Marta, a su hermana y a Lázaro.6 Sin embargo, cuando oyó que este se encontraba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.7 Después dijo a sus discípulos: “Volvamos a Judea”.8 Los discípulos le dijeron: “Maestro, hace poco los judíos querían apedrearte, ¿y quieres volver allá?”.9 * Jesús les respondió:
“¿Acaso no son doce las horas del día?
El que camina de día no tropieza,
porque ve la luz de este mundo;
10 en cambio, el que camina de noche tropieza,
porque la luz no está en él”.
11 Después agregó: “Nuestro amigo Lázaro duerme, pero yo voy a despertarlo”.12 Sus discípulos le dijeron: “Señor, si duerme, se curará”.13 Ellos pensaban que hablaba del sueño, pero Jesús se refería a la muerte.14 Entonces les dijo abiertamente: “Lázaro ha muerto,15 y me alegro por ustedes de no haber estado allí, a fin de que crean. Vayamos a verlo”.16 Tomás, llamado el Mellizo, dijo a los otros discípulos: “Vayamos también nosotros a morir con él”.
17 Cuando Jesús llegó, se encontró con que Lázaro estaba sepultado desde hacía cuatro días.18 Betania distaba de Jerusalén sólo unos tres kilómetros.19 Muchos judíos habían ido a consolar a Marta y a María, por la muerte de su hermano.20 Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa.21 Marta dijo a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.22 Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas”.23 Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará”.24 Marta le respondió: “Sé que resucitará en la resurrección del último día”.25 Jesús le dijo:
“Yo soy la Resurrección y la Vida.
El que cree en mí, aunque muera, vivirá;
26 y todo el que vive y cree en mí,
no morirá jamás.
¿Crees esto?”.
27 Ella le respondió: “Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo”.
28 Después fue a llamar a María, su hermana, y le dijo en voz baja: “El Maestro está aquí y te llama”.29 Al oír esto, ella se levantó rápidamente y fue a su encuentro.30 Jesús no había llegado todavía al pueblo, sino que estaba en el mismo sitio donde Marta lo había encontrado.31 Los judíos que estaban en la casa consolando a María, al ver que esta se levantaba de repente y salía, la siguieron, pensando que iba al sepulcro para llorar allí.32 María llegó a donde estaba Jesús y, al verlo, se postró a sus pies y le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”.33 Jesús, al verla llorar a ella, y también a los judíos que la acompañaban, conmovido y turbado,34 preguntó: “¿Dónde lo pusieron?”. Le respondieron: “Ven, Señor, y lo verás”.35 Y Jesús lloró.36 Los judíos dijeron: “¡Cómo lo amaba!”.37 Pero algunos decían: “Este, que abrió los ojos del ciego de nacimiento, ¿no podía impedir que Lázaro muriera?”.38 Jesús, conmoviéndose nuevamente, llegó al sepulcro, que era una cueva con una piedra encima,39 y dijo: “Quiten la piedra”. Marta, la hermana del difunto, le respondió: “Señor, huele mal; ya hace cuatro días que está muerto”.40 Jesús le dijo: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?”.41 Entonces quitaron la piedra, y Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo:
Padre, te doy gracias porque me oíste.
42 Yo sé que siempre me oyes,
pero lo he dicho por esta gente que me rodea,
para que crean que tú me has enviado”. 43 Después de decir esto, gritó con voz fuerte: “¡Lázaro, ven afuera!”.44 * El muerto salió con los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: “Desátenlo para que pueda caminar”.


Comentario:¡Cuantos Lázaros hay por el mundo.

Hombres que creían estar vivos pero estaban muertos , como la carta del apocalipsis a la Iglesia de Sardes:Conozco tus obras.

Aparentemente vives, pero en realidad estás muerto.2 Permanece alerta y reanima lo que todavía puedes rescatar de la muerte, porque veo que tu conducta no es perfecta delante de mi Dios.
3
Ser lázaro hace que queramos, si nos damos cuenta, nacer aun nueva vida de la mano de Jesús. Así como Jesús hizo que Lázaro resucitara, así también resucita nuestras vidas, nuestras familias, pero debemos pensar que esto puede pasar quizás en un encuentro con Jesús, es lo que vivimos , cuando por primera vez dejamos que Jesús entre en nuestro corazón y nos resucite .

Pero debemos saber que al resucitar salimos del sepulcro de nuestros pecados, con todas las vendas, y caminamos aun como momias, por eso, ese primer encuentro con el señor me da ánimo y de allí debo entrar en un proceso de sanación , para curar las heridas del pecado, las heridas de mi vida, y solo así poder ser sanar con el tiempo.

Esto es ni mas ni menos un proceso de sanación.Pidamos le al Señor que quite nuestras vendas, que vaya sanando nuestra historia, desde antes de ser concebidos, que pase por nuestra concepción y libere del pecado esa etapa de nuestra vida, y que siga paseándose por nosotros recorriendo toda nuestra historia, digámosle paseate Nazareno, te entrego mi vida, te entrego mi historia y la historia de todos mis antepasados , para que puedas quitar las vendas de las heridas provocadas por el pecado, que sea tu santo espíritu el enfermero celestial que sana y me da el alta espiritual. que me permitas ser un católico ferviente enamorado de ti , y que no te sea infiel.Señor te dejo estas vendas de mis heridas, aqui a los pies de tu cruz, para que la transformes en gracia
SEñor , hijo de David, ten piedad de mi , quiero vivir , quiero ser feliz!!!!!!!!!

(Colaboración de Stella Maris Fernandez)

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