viernes, 22 de agosto de 2008

Si Tuvieras Fe como un Granito de Mostaza


Hermoso recuerdo de la alabanza en el último Retiro Carismático en Los Ángeles. Sobrecogedora la finalización, que nos deja a nuestra Madre, la Santísima Virgen María fija en la pantalla, para venerarla con mucha devoción por Su Hijo Jesús.

Si quieres ver este video tienes que hacer dos cosas:
1.- Apagar la música del blog, poniendola en pausa, para que no interrumpa.
2.- Pinchar la Dirección que está a continuación, y esperar que cargue.

http://es.youtube.com/watch?v=O3uTy12KFfk

Y a disfrutar de la música, del canto, y de imágenes de Alegría y Esperanza en Jesús-.
Dios los Bendiga

2 comentarios:

  1. Querido Hermano en Cristo:
    antes que nada, me permito solicitarte que por favor analices las imágenes que se incluiran; pues en una ilustración en donde aparece Moisés abriendo el Mar Rojo se ve arriba en el centro entre las olas abiertas a ¡¡un ovni!!. Seguramente no lo viste en el apuro por editar. Pero es un facilismo al que recurre frecuentemente el movimiento New Age y del cual debemos cuidarnos pues al negarle la gracia a Dios, se convierte en un elemento del enemigo a quién debemos rechazar con absoluta claridad.
    Con un abrazo fraterno,
    Mario Larenas Negrete.

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  2. Respecto de los Milagros que produce el Señor cuando los hermanos estamos en alabanza; debo dar testimonio que en el primer retiro al que asistí, sentía profunda vergüenza de alzar las manos y cantar como un niño, rechazo de alabar en lenguas y por supuesto no creía que la gente que caía en descanso lo hiciera en serio (tal vez por una deformación profesional). Pues bien, en el curso de la alabanza vi caer en descanso a una niña espástica (lo que la gente llama comúnmente paralítica) y corrí a socorrerla. El padre Agustín Sánchez me conminó a dejarla sola con el Espíritu Santo y bueno lo hice; al término del retiro vi a la pobre y aporreada niña irse igual de enferma. Al cabo de unos seis meses, en la misma casa de retiro (Padre Hurtado)estábamos un grupo comiendo en el refectorio y una de las comensales me pregunta sino me acordaba de ella, ante mi negativa me indicó que era la misma niña que vi irse inválida en la silla de ruedas, mientras se llevaba con seguridad una cucharada de sopa a la boca; ¡¡completamente sanada por el Señor para mayor gloria de Su Nombre!! Ahora esta hermana es Carmelita Descalza, rogando desde su claustro por tí y por mí.
    Debo aclarar que todas mis barreras cayeron y las humanas vergüenzas ya no existen ¡¡Gracias mi Señor!!
    Mario Larenas Negrete

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