domingo, 3 de febrero de 2008

Las Mil Caras de la Realidad


(Pincha para agrandar la foto)
Test:
1.- La imagen de la foto que observamos

a) Es una joven que está sacando una fotografía
b) Es sólo una ilusión en la arena y el agua del mar
c) Es una ilusión óptica
d) Todas las anteriores

La respuesta verdadera es que mi hija sacó una foto a su imagen mientras caminaba por la playa de Dichato. Entonces, mirándola, comencé a pensar que ésta foto se basaba en un fondo que duró milésimas de segundo: el agua de la ola se fue nuevamente al mar, la luz de ese instante se fue, y la arena de la playa absorbió el agua de la ola, y, en fin, la foto quedó.

Pero la fotógrafa siguíó su camino, y esa imagen en la arena se esfumó. Porque fue una imagen en un segundo...porque fue un sueño en la arena.
Obvio, dirán ustedes.

Sin embargo, en la vida esto que es obvio, no lo es tanto.Porque muchas veces corremos tras falsas imágenes, tras falsas ilusiones, y confundimos la verdadera realidad con imágenes de ella.
Asi, la felicidad y el verdadero sentido de la vida la buscamos en ilusiones, y muchas veces caemos en desengaño e infelicidad.


Jesús tiene la verdadera respuesta. Él es la verdadera realidad. Por algo Él dijo que era el camino, la verdad y la vida.
Para mirar la vida, la existencia humana, y nuestro proyecto de vida, es importante que nos sostengamos en Jesús y en sus enseñanzas, y en los mandamientos de Dios y de Nuestra Iglesia.
No corramos tras bellas imágenes en la playa. Busquemos la verdadera realidad, y la verdadera felicidad.


Bueno....para empezar a anclar nuestra vida en bases sólidas, les entrego los mandamientos de la ley de Dios. ¿Cuántos los recordamos?
Es bueno saberlos de memoria.....



MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS

El primero, amarás a Dios sobre todas las cosas.
El segundo, no tómarás el nombre de Dios en vano.
El tercero, santificarás las fiestas.
El cuarto, honrarás a tu padre y a tu madre.
El quinto, no matarás.
El sexto, no cometerás actos impuros.
El séptimo, no hurtarás.
El octavo, no dirás falso testimonio ni mentiras.
El noveno, no consentirás pensamientos ni deseos impuros.
El décimo, no codiciarás los bienes ajenos.

Estos diez mandamientos se encierran en dos:
Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.


Amén.


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