lunes, 7 de noviembre de 2016

MISA DE SANACIÓN DE NOVIEMBRE DE 2016

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.…(Mat,7,7-8) Llegamos hasta el templo llenos de expectativas. Estaban cantando alabanzas, animando, y todos disfrutando de un encuentro de hermandad y espiritualidad. Luego vino la Eucaristía, y la oración para pedir que el Señor tocara a su Pueblo. Fue hermoso ver cómo el Señor nos tocó, nos ungió con su PAlabra y con su Espíritu. Gracias, Señor, por este encuentro contigo. Amén.
Orando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones" Efesios 5:19 Bien por el Ministerio de música. Es clave entender que el músico no sólo es un entendido en un instrumento, sino que a través de este alaba al Señor, y ayuda a la comunidad a entrar en oración, cada vez más íntima con Jesús.
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada oculta a su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.13.(Hebreos 4,12-13)
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias.(Salmo 33)
El Padre Gustavo Avello proclamó la Palabra de Dios, llamándonos a reflexionar sobre la resurreción y la Vida eterna. Ciertamente un día llegaremos a encontrarnos con la Vida Eterna. Mientras, pidamos al Señor que nos aumente la fe.
"Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo le resucitaré en el último día." Juan 6, 54.
En esta imagen se compendia la actitud suplicante de los Hijos de Dios. ¡Cuánta súplica, cuanto anhelo va encerrado en esa canasta llena de peticiones que Juan y Eva entregaron a nombre del Pueblo de Dios. Pues si bien sabemos el dolor es una prueba, y que todos pasaremos por ella en algún momento, el Señor nos llamó a pedir su Misericordia ante la adversidad y las enfermedades, productos del pecado en el mundo y en nosotros, débiles creaturas.Bendito sea el Señor por esta corriente de Gracias de la RCC, en la cual tenemos comunión con el Señor y crecemos como Iglesia. Amén.
Señor, tú eres mi Dios;
te exaltaré y alabaré tu nombre
porque has hecho maravillas.
Desde tiempos antiguos
tus planes son fieles y seguros.(Ex23,25)
Tu palabra es una lámpara a mis pies;
es una luz en mi sendero.
(Salmos 119:105)

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