domingo, 26 de enero de 2014

Enfrentemos las pruebas como lo hizo David frente a Goliat, con la Fe puesta en el Señor



DAVID Y EL GRANO DE MOSTAZA


¿"A quién temeré, si el Dios de los Ejércitos está conmigo"?

  Muchas veces, los cristianos tienen que enfrentarse a las incertidumbres de una prueba, que se presenta tan monstruosa y tan gigante como Goliath.
Jesús ya lo había dicho..."La Fe, tan pequeña como un grano de mostaza, puede mover una montaña" y David frente a Goliath no vacila, no tiembla y con una pequeña piedra entre sus manos grita desde lo más profundo de su alma... "El Dios de los Ejércitos está conmigo" !!!
Con esa declaración de Fe, ya tiene ganada la batalla...
La prueba se agiganta más al saber que cuenta con todos los recursos necesarios para llenarnos de temor, de inseguridad y con ello debilitar nuestra Fe, pero David fija la mirada en el punto exacto...en la cabeza de su enemigo, desde allí brotan todas las estrategias y planes para destruirnos. No le apunta al pie, ni al brazo, ni al corazón. Sabe que con un golpe certero puede acabar con su rival...y lo hace, una sola vez, un golpe de Fe, seco, preciso, seguro y en un instante el gigante cae desplomado sin la posibilidad de contraatacar. Entonces David, con la propia espada del enemigo, le corta la cabeza y reclama la victoria.

Dios permite y permitirá muchas veces esta batalla en nuestras vidas y es ahí, donde la Fe, aparentemente tan pequeña e imperceptible como un grano de mostaza, tan pequeña como la piedra de David, puede convertirse en el arma más letal y acallar la voz amenazante del mal y las posibles consecuencias de una prueba.
Solo basta gritar desde lo más profundo del corazón "A quién temeré, si el Dios de los Ejércitos está conmigo", y el gigante caerá tumbado y la tierra comenzará a temblar en el momento en que la montaña se comience a mover...

Dios les bendiga

( Hermano Carlos Segura)

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