viernes, 20 de diciembre de 2013

ESA FALSA Y ESTÉRIL ESPERA DE LA NAVIDAD

 Esa estéril espera que no es adviento ni espera de la navidad.
(En mi casa celebramos la navidad con pancito de pascua, un asadito rico y otras cosas...total...asi se celebran los cumpleños importantes. Pero intento siemrpe que no nos olvidemos de Jesús)
Mi amiga Sofía estaba estresadísima el día de ayer. Me dijo lo siguiente:
"_ No he comprado ningún regalo, y ya estamos a 19 de diciembre. El sábado voy a tener que hacer muchísimas cosas para prepararme para la navidad".- 

-¿Que tienes que hacer, le pregunte?

Puffff, amigo  me respondió. Te voy a enumerar todo:
Comprar los regalos en el mall, a las diez de la mañana, 
Pasar después a comprar un pavo, con sus aderezos para hacerlo relleno
Comprar varios juegos de luces para adornar el arbolito, y el frontis de la casa
Ayyyy, se me olvidaba el pan de pascua, las bebidas, unos vinitos para la cena
 Y bueno....mil cosas más para que la navidad salga perfecta, como todos los años, en nuestro hogar".-
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Querida amiga Sofía:
¿No se te olvida algo muy esencial?
¿te has acordado de Jesús en esta navidad?
¿Has preparado tu alma para recibir a ese niño rey, que nace tan humilde en Belen?
Asi como iluminas tu casa, lo que es muy hermoso...te has preocupado de adornar tu corazón para esperar al niño Jesús?
Te cuento que hoy he dado una vuelta por la manzana de la villa en que vivo. La mayor parte de las casas estaban iluminadas. Habían renos de colores, viejitos pascueros colgando de chimeneas, alegría por todos lados....pero en ninguna casa había siquiera un vestigio de Jesús.

Hoy quiero meditar en Jesús, naciendo pobre en Belén. 
No había sala de prenatal, puerperio, técnicas de apego, ejercicios de lactancia, y exámenes múltiples para el recién nacido y para la madre.
Alli estaba mi Señor, acogido por su Madre la Virgen María, por los pastores, y por los animalitos que compartían el lugar.
Mi querido, Jesús:
Perdona nuestra desviación del verdadero sentido de la Navidad. Perdona que te olvidemos.
Esta noche buena, querido Jesús, quiero decirte:

¡¡Feliz cumpleaños. Quedate a vivir en mi casa para siempre, y también en mi corazón!




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