miércoles, 27 de julio de 2011

HISTORIA CON MORALEJA: PONER NUESTRA CONFIANZA EN DIOS


Paseando por facebook, encontré este texto. Vale la pena leerlo:


"Un afamado escritor fue invitado por un exitoso cirujano, a presenciar un procedimiento quirúrgico.
Mientras el cirujano llevaba a cabo los preparativos necesarios para la operación, se veía confiado pero , al mismo tiempo, nervioso.
Cuando ya estaba, aparentemente listo, el cirujano se apartó unos momentos, a un rincón. Allí ,cerro sus ... ojos y se centró en orar al Señor. Cuando terminó de orar, se le veía diferente : estaba totalmente sereno, sin nervios...y durante la cirugía, sus manos no temblaron, ni dudó en sus decisiones.
Al cabo de un rato, cuando terminó la cirugía, el escritor lo felicitó por su éxito y le dijo, un poco asombrado: "Yo creía que un cirujano confiaba sólo en su capacidad......usted estaba orando antes.....".
El cirujano le interrumpió, y le contesto: " ¿Quién es un cirujano? ¡Es solo un hombre! ¡No puede hacer milagros por sí mismo! Estoy seguro de que la ciencia, no hubiera podido avanzar tanto, sino hubiera alguien Superior a todo."
Y después, terminó diciendo el cirujano: " ¡ Me siento tan cerca de Dios cuando estoy operando, que no sé donde termina la habilidad obtenida con mis estudios, y cuando empieza a actuar Dios a través de mí!"


Este debiera ser el diario vivir, de todo cristiano, en toda circunstancia : encomendar todos sus trabajos, labores, estudios, servicio,.....lo que tenga que hacer a Dios. Este acto de entregar todo, previamente en las manos de Dios, es un acto de humildad y de confianza, en la Divina Providencia. Recordemos que cuando el Rey David partió a la Eternidad, dejó en su Trono, a un jovencito, su hijo, llamado Salomón, quién tuvo la dicha de hablar con Dios , en un sueño. Salomón, le pidió a Dios, lo mejor y lo más preciado, la sabiduría y el discernimiento sobre el bien y el mal.(1Reyes,5-7.12), y estos dones espirituales, le permitirían gobernar bien al pueblo de Israel. Nosotros debemos también encomendar todo a el Señor, que Él en nuestro corazón humilde, nos instruirá, nos llenará de fuerzas y nos dará la sabiduría necesaria para realizarlas. No caigamos en el orgullo y la soberbia de creer, que sólo con nuestro conocimiento, y nuestro propio esfuerzo, haremos todo bien, pues nunca será perfecto, pues solo uno es perfecto, y ese es Dios. Todo lo que hagamos, encomendémoslo a Dios, y que sea para su mayor Gloria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario