miércoles, 8 de abril de 2015

Los Grupos de Oración Carismáticosy los frutos de la Efusión en el Espíritu Santo

Efectos de la efusión del espíritu

Solamente apuntaremos los principales:

1º. Un encuentro personal con Jesús. La persona se siente invadida por su amor y su señorío, en un nuevo nivel de relación con El. De ahí que en los grupos se oiga con frecuencia las expresión bíblica: "Jesús es el Señor".

2º. Una conciencia más viva del sentido trinitario de la vida del creyente.



3º. Dios habla a la persona, la cual recibe una sensibilidad especial para conocer la "voz del Buen Pastor" y sentir las mociones del Espíritu.



4º. Un don de oración personal que brota del centro de nuestro ser con predominio de la alabanza.



5º. Un amor por la sagrada escritura como palabra de Dios, la cual recobra actualidad, llega hasta el fondo y alimenta el corazón y la mente.



6º. Una nueva fuerza para proclamar la salvación en Jesucristo, sin complejos, con convicción y sencillez.



7º. Una liberación del pecado. Desaparecen Hábitos inveterados, dependencias y miedos.



8º. Dones y carismas, como los que nombra Pablo en 1Corintios 12,8-10.



9º. El deseo del Reino, con una nueva manera de mirar las postrimerias del hombre. Se encuentra gozo en decir "Maranatha", "ven, Señor Jesús", (1Co 16,22;Ap22,20).



No todos reciben con la misma fuerza estos efectos, por los que, no tratándose de un sacramento, se puede volver a pedir oración, con la certeza de que el espíritu de la promesa desea darnos más de lo que nosotros deseamos recibir.

Los grupos de oración de la Renovación Carismática.


El Espíritu empuja hacia la comunión con los hermanos y constituye su vínculo interior. La oración comunitaria es el lugar privilegiado de la comunión. En el grupo de oración se consolidan y desarrollan los efectos de la efusión del espíritu.

Los Grupos de la Renovación Carismática suelen reunirse una vez por semana en una oración de unas dos horas, abierta a todo el mundo, aún a los curiosos. Los grupos que han crecido con normalidad están formados por gente de todas las edades y de todos los niveles culturales y sociales. Toda Persona es libre de formar parte y de salirse de ellos. No hay estatutos ni compromisos. la alta fidelidad a la reunión semanal de la gente integrada al grupo proviene solamente de una necesidad espiritual.



Es notable el interés de la gente, que se desplaza o traslada a otra localidad, por buscar allí un grupo de la Renovación Carismática. Y que en estos grupos se encuentra alegría y cordialidad, ayuda mutua, acompañamiento y crecimiento espiritual. La oración comunitaria carismática es un encuentro del grupo con el Señor resucitado. Su presencia, vivida en un don de fe, suscita una ferviente alabanza, gozosa, libertadora y fuente de toda bendición. La alabanza toma la parte más considerable de la reunión y se desarrolla en la escucha de la palabra y en una actitud interna de adoración, a la que suelen seguir súplicas en favor de los hermanos, de la Iglesia y del mundo. Con frecuencia se destina un tiempo a los testimonios y a la enseñanza.



Un fruto importante de esta oración es el deseo de dar testimonio del señor en casa, en el trabajo, donde sea. Evangelizar se convierte en una necesidad.



Por eso la gente renovada de veras tiene que ponerse a disposición de la Iglesia local, parroquia, y si conviene del obispado; para todo lo que sea necesario según el discernimiento de los pastores.



Eso si, el apostolado tiene que ser el fruto de la oración personal y comunitaria, tiene que surgir de la acción del Espíritu, según la expresión del cardenal Suenens, protector de la Renovación Carismática:" Hay muchas maneras de evangelizar, pero no hay más que una evangelización que sea buena: la que sale del Cenáculo".

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