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¿Qué es la Renovación Carismática Católica? |
¿Qué es la Renovación Carismática Católica?
La Renovación Carismática
Católica (RCC) es una corriente de gracia por medio de
la cual el Espíritu de Dios nos lleva a vivir
de manera vivencial la realidad del Cuerpo de Cristo.
La
Renovación es una conversión y entrega constante a Dios, una
docilidad creciente al Espíritu Santo. De allí que para la
Iglesia, la Renovación es un Pentecostés actual para renovar la
Iglesia de hoy. La RCC, más que ser un movimiento
en la Iglesia, es la Iglesia en movimiento.
En ese
sentido se expresó el cardenal Leon Joseph Suenens cuando escribió
en su Carta Pastoral para Pentecostés de 1973 lo siguiente:
“Digamos de una vez que no se trata de un
Movimiento nuevo en el sentido usual del término, sino de
una corriente de gracias que el Espíritu Santo hace surgir
por todas partes. La Renovación Carismática no es un movimiento,
sino el moverse del Espíritu Santo”.
Por su parte, monseñor
Alfonso Uribe Jaramillo (Colombia), la definió de esta forma:
La
RCC es:
- Un mejor conocimiento de la Persona y
de la Obra del Espíritu Santo.
- Una experiencia profunda
de su presencia en nosotros y de acción en nuestras
vidas.
Una entrega sin limitaciones a la conducción del Espíritu
Santo y una constante docilidad para seguir sus inspiraciones.
-
Es la renovación del amor en todas sus proyecciones (Del
libro: “Conozca la Renovación Carismática”).
El padre Benigno Juanes s.j.,
destacado líder de la RCC de República Dominicana, la define
de esta manera: “La Renovación Cristiana en el Espíritu Santo
–como también se conoce en algunos países a la RCC–
es el redescubrimiento experimental del poder del Espíritu Santo en
cada uno y en la Iglesia, y la apertura a
su acción, para vivir el Evangelio en plenitud (hasta sus
últimas consecuencias), para evangelizar con poder, ser testigos de Cristo
resucitado y renovar todas las formas de presencia –y servicio–
de Cristo en la Iglesia y en el mundo” (Del
libro: “¿Qué es la Renovación Carismática Católica y qué pretende?”).
Fundamentación Teológica de la Renovación
La base teológica de la
Renovación Carismática está en el Misterio Trinitario y, particularmente en
el conocimiento progresivo de la Persona del Espíritu Santo y
en su acción insustituible e ininterrumpida en la Iglesia y
en cada uno de nosotros. Pero la Renovación no se
centra exclusivamente en el Espíritu Santo, minimizando la acción del
Padre y la de Jesús. Muy al contrario, el Espíritu
Santo es quien da al cristiano testimonio de Jesús (Jn
15, 26) y quien lo capacita para que sea testigo
de su resurrección. Precisamente uno de los frutos de la
Renovación es la proclamación alegre que muchos están haciendo de
un Jesús vivo, «constituido Señor y Cristo por Dios» (Hch
2, 36) y a quien están sirviendo con gozo pascual.
Comunicamos una Experiencia Fundamental
Debemos conocer también qué es la
Renovación Carismática, según los Estatutos del ICCRS, aprobados por
S.S. Juan Pablo II. Allí se nos dice que: “La
Renovación Carismática Católica es un movimiento mundial, pero no uniforme,
ni unificado. No tiene fundador particular, ni un grupo de
fundadores como muchos otros movimientos. No tiene lista de miembros
participantes.
La Renovación Carismática es la reunión muy diversa de
individuos, grupos y actividades, con frecuencia del todo independientes unos
de otros, en diferentes grados y modos de desarrollo, con
diversos énfasis; y que sin embargo participan de la misma
experiencia fundamental y persiguen los mismos objetivos generales”.
Esta experiencia
fundamental es la efusión del Espíritu Santo –o bautismo en
el Espíritu–, que es una renovación de las gracias recibidas
en nuestro bautismo sacramental, y que nos lleva a vivir
la vida nueva en el Espíritu.
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