Es bueno reflexionar, hacer un alto en el camino del servicio , para ver como estamos. Muchas veces los servidores cometemos errores insconcientes, por no revisarnos de vez en cuando, con la Luz del Espíritu Santo:
Veamos:
Respecto de uno mismo
1. ¿Doy gracias a Dios por su bondad en haberme llamado a la Renovación?
2. ¿Lo considero como un gran beneficio, pero sin anteponerme a los demás, ni tenerme por mejor; los aprecio sinceramente, aunque no pertenezcan a la Renovación Carismática; oro por ellos para que el Señor los llene de sus bendiciones y de su amor?
3. ¿Caigo en el error de no relacionarme sino con los pertenecientes a la Renovación, porque están en mi línea espiritual y los demás "no me comprenden", no son "carismáticos”? (no se excluye que pueda haber cierta ordenada preferencia y una mayor relación).
4. ¿Estoy persuadido de que no la mera pertenencia a la Renovación es lo hermoso de ésta, sino los frutos que Dios quiere se produzcan en cada uno y en la Comunidad como tal?
5. ¿Tengo interés especial en que el Espíritu Santo cree en mí una profunda humildad; una entrega desinteresada a los demás; un amor sin límites y sacrificado; una obediencia en libertad y en amor a los Pastores de la Iglesia?
6. ¿Tengo creciente interés en conocer, cada vez más profundamente la Renovación en sus fundamentos doctrinales y en sus exigencias de vida cristiana?
7. ¿Estoy persuadido de que puedo ser víctima de tentaciones y de que debo estar preparado para enfrentarlas con el Espíritu de Cristo?
8. ¿Pongo los medios humanos y divinos para superarlas y procuro hacer de ellas un medio de crecimiento en el Señor?
9. ¿Persevero en el servicio del Señor, en su amor, en la oración, en la asistencia a los grupos a pesar de la desgana, del rechazo interior que pueda sentir?
10. ¿Procuro influir discretamente sobre otros para hacerlos participantes de esta gracia que hoy representa la Renovación en el plan de Dios?
11. ¿Vivo en un tranquilo alerta sobre las tentaciones enumeradas más arriba y otras que pueden hacer presa en mí?
12. ¿Vigilo especialmente el peligro de, sin perder el entusiasmo sano y contagioso, no venir a convertirse en fanático, exclusivista, elemento de presión sobre cualquier persona especialmente entre los familiares?
13. ¿Examino con sinceridad si mi pertenencia a la Renovación y mi apostolado me han llevado a desatender mis obligaciones de estado o a mermarles tiempo, energías, entusiasmo, esmero, etc...?
14. ¿Descuido la oración personal con el pretexto de que yo asisto a los grupos de oración?
15. ¿Vivo con más intensidad los sacramentos desde que pertenezco a la Renovación?
16. ¿Procuro conocer a fondo la Iglesia de Cristo, adherirme a ella, cada vez más firmemente?
(Benigno Juanes)
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