domingo, 25 de abril de 2010

LAS HERIDAS O TRAUMAS


LAS HERIDAS O TRAUMAS:
El niño está fuera del mundo.....en su propio mundo interior: el y su perro. El, su mascota, es el lazo que lo une al amor que probablemente le ha sido mezquino. El Varón que pasa, está en su propio mundo, y en ese mundo, el niño y el perro no existen, o son lo mismo: dos animalitos que juegan. Pero este niño viene de Dios. Aunque en su inocencia está feliz......su alma está recibiendo, en el subconciente, heridas que lo marcarán de por vida.
Hasta que se encuentre con Jesús, y recupere su vocación original de Hijo Amado de Dios.

Todos hemos ido acumulando heridas a lo largo de toda nuestra vida. También nosotros hemos causado heridas a los que nos rodean.

¿Qué son las heridas?
Son traumas o impresiones, emocionalmente negativas y graves, que nos marcan profundamente. Primero nos inpactan en la mente consciente, y después de un largo tiempo, pasan a la mente subconsciente, donde quedan como aconchadas, y desde allí, nos producen complejos y sentimientos negativos, que nos hacen tener comportamientos negativos que, a veces, no logramos saber cual sea la causa que los produce, precisamente porque están en nuestro subconciente.

Como consecuencia de estos traumas o heridas, muchas veces estamos deprimidos, con ansiedades y angustias.

La ansiedad o angustia es una alteración grave del animo de la persona, cuyos efectos colaterales se traducen en que la persona no confía en nadie; ni en Dios ni en los demás, ni en si misma. Hay muchos otros efectos de la depresión, que no vamos a tratar aquí, pues ahora estamos hablando de las heridas. Estas heridas o traumas , como que aplastan y derrumban a la persona.

¿CUANDO HE SIDO HERIDO?
Ya desde el vientre de nuestra madre, sufrimos heridas. Venimos de Dios, y Dios es Amor. Nuestra vocación es amar y ser amados. Sin embargo, ¿Recuerdas esas impresiones grandes y profundas y dolorosas que viviste cuando tu madre o tu padre te golpeo, físicamente, o con palabras duras ? De ellos esperabas solo amor, y tu corazón de niño absorbió con dolor las duras impresiones negativas venidas de nuestros progenitores. Es un ejemplo.....y podemos citar infinitos más.

La buena noticia es que Jesús puede tocar esas heridas, sanarlas, cambiar la historia de nuestra vida, llenando de su Amor todo desamor humano. Los sicólogos te dirán : Tienes que aprender a vivir con esa herida. Nosotros te decimos : Entregasela a Jesús....

He sido testigo de lo que escribo, y es lo que he aprendido en mis años en la renovación, y lo que viviremos en cada retiro carismático.

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